
Intoleracia a mi existencia,
es lo que provoca mi desesperación.
Entre tinieblas de la luz
me extingo, sin tener la mínima pertinencia.
Quema mis huesos,
para con ellos, pintura hacer.
Mezcla mi sangre entre sueños,
y talvez veas esa eterna tonalidad.
Entre las noches de luna,
y con un buen vino
mi cabeza se congela, y
entre recuerdos me desvivo.
Ahogando entre visceras y músculos,
se encuentra ese pedazo de carne,
que depreda mis pensamientos,
e insulta mi máquina palpitante.
Mi ser en sí se pone a desvariar,
como si no tuviera en que pensar,
pero pienso en delirios,
entonces tranquilamente, pienso desvaríos.
Una vez más...
me quedé sin nada, y todo.
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